Crónica de la charla sobre el bodegón de Nacho Vergara

Cuando hablamos de nature morte, still life o bodegón, como se conoce en castellano, nos vienen a la mente una serie de cuadros llenos de cosas inertes. Rincones llenos de sombras y con alguna vianda colgada reflejando la luz, estática, sobre su cuerpo ya muerto. Y aquí está la ironía, pues los bodegones, en realidad, nos hablan de la vida, y eso es lo que nos transmitió el pintor albacetense Nacho Vergara en su charla sobre el bodegón. La charla se realizó en “El huerto de papel”, dentro de su programación de encuentros con artistas.

El bodegón nace para reflejar la vida

Nacho Vergara empezó hablando de la historia del bodegón, de sus estilos a lo largo de ésta y de las diferentes zonas geográficas en las que se practicó y práctica. Cuenta en su charla que, ya desde su origen en la antigua roma, el bodegón nace para reflejar la vida: elementos cotidianos, comidas, ingredientes y utensilios que acompañan al ser humano en su paso por la existencia. Conforme avanza la historia, el bodegón y su técnica siguen cambiando. Se adaptan al contexto, a las nuevas formas de ser y entender el arte.

Pero sigue sin cambiar su parte esencial: reflejar las simplezas cotidianas de la vida. Velázquez muestra escenas relevantes en segundo plano, dejando en el primero una sirvienta con menaje de la época. Frans Snyders retrata, con sus cuadros llenos de comida, la nueva situación de abundancia de la clase alta flamenca del siglo XVI. Seguimos con De Chirico, Morandi, Uglow…y así hasta llegar a Nacho, que nos habló de los juegos semánticos que inspiran sus cuadros y de cómo las múltiples interpretaciones son parte de su obra.

Nos quedamos a la espera de que vuelva pronto a nuestro huerto para seguir cultivando nuestra pasión por el arte.

Su simplicidad, como parte esencial y poética para ver la vida, nos hechizó, y nos quedamos a la espera de que vuelva pronto a nuestro huerto para seguir cultivando nuestra pasión por el arte.

Artículo de María Solana Rubio